domingo, 22 de enero de 2012

NUTRIGENÓMICA

Genética y nutrición: nace la nutrigenómica
La nutrigenómica estudia cómo afecta cada nutriente a un determinado individuo, en función de su genética. Es una ciencia que está empezando, pero promete obtener conclusiones muy interesantes en el futuro.
Hasta ahora, los consejos o conclusiones sobre nutrición son a veces confusos, e incluso contradictorios. La razón, además de la complejidad del tema, estriba en que personas distintas reaccionan de manera diferente ante un determinado alimento, debido a su particular dotación genética.
Por ejemplo, las ventajas del té verde como protector ante determinadas enfermedades varían mucho de una persona a otra. Igual ocurre con el efecto de ingerir alimentos excesivamente tostados o churruscados: los japoneses parecen ser mucho más sensibles que las personas de origen caucásico, y tienen una tendencia mucho mayor a desarrollar cáncer de estómago por esta causa.
Este año podría ser el del despegue de la nutrigenómica, que es el estudio científico de la interacción entre la dotación genética de un individuo y los nutrientes que ingiere. Quizá dentro de poco tiempo podamos ser analizados por laboratorios especializados que harán nuestra "tarjeta genómica", personal e intransferible, en base a la cual un sistema inteligente podrá establecer la dieta más adecuada, desde el punto de vista de la prevención de enfermedades, e incluso para evitar la obesidad o lograr otros objetivos, como aumentar la concentración.
También podría explicar, por ejemplo, por qué algunas personas no consiguen adelgazar a pesar de someterse a estrictas dietas durante un tiempo prolongado. Así, se pasaría de las recomendaciones dietéticas universales a las particulares, para un individuo determinado.
Sin embargo, de momento los resultados todavía no son fiables, porque no se tienen conocimientos suficientes. La cantidad de nutrientes y las posibles interacciones entre ellos es enorme, y no digamos las distintas dotaciones genéticas individuales, con lo que la complejidad de los estudios es extraordinaria. Por ello, las instituciones que se dedican a ello no pueden ofrecer, hoy por hoy, conclusiones fidedignas, aunque esta situación parece que podría cambiar pronto. Entonces, la nutrigenómica condicionará los hábitos alimenticios.



El enemigo está dentro de nosotros: 10 parásitos humanos


Las relaciones simbióticas entre parásito y anfitrión puede tener efectos beneficiosos, incluso cambiar la personalidad humana y la evolución. A menudo, sin embargo, los daños superan los beneficios. He aquí algunos de los parásitos humanos más comunes y los efectos perjudiciales que pueden acarrear.

Anquilostomas (Necator americanus

Este gusano nematodo parásito comienza la vida fuera del cuerpo y se transmite a través del agua contaminada, frutas o vegetales.

La larvas de ancylostomas crecen dentro del intestino humano, ahí se adhieren a la pared del intestino y beben la sangre de sus anfitriones, a veces causan un tipo de anemia llamada anquilostomiasis.

Síntomas: debilidad, dolor abdominal, náuseas, diarrea, anemia
- Imagen: Science Photo Library

Ácaro de la sarna (Sarcoptes scabiei var. Hominis) 

Comúnmente conocido por su picazón, el parásito se transfiere por contacto físico.

El ácaro hembra deja sus huevos en la piel humana, provocando la reacción e inflamación. Esto se agrava cuando la hembra comienza enterrar los huevos bajo la piel produciendo una intensa picazón, comúnmente conocido como sarna.

Síntomas: picor, dolor, nódulos llenos de pus, irritación de la piel .
- Imagen: Science Photo Library

La lombriz intestinal (Ascaris lumbricoides

Estos los nematodos intestinales más grandes que afectan a los seres humanos, llegando a 15-35 centímetros de longitud.

Que se transfieren por ingestión. Los huevos eclosionan rápidamente y penetran en la pared intestinal, desde allí al torrente sanguíneo.

A partir de ahí, la lombriz pone rumbo hacia los pulmones, desde donde se expetora y se ingiere, para retornar al intestino.

Síntomas: fiebre, cansancio, erupción cutánea alérgica, vómitos, diarrea, problemas en el sistema nervioso, sibilancias / tos.
- Imagen: Science Photo Library

Trematodos platelmintos sanguíneos (Schistosoma mansoni, S. haematobium, S. japonicum) 

Estos pequeños trematodos viven en el torrente sanguíneo de los anfitriones infectados y causan la esquistosomiasis, también llamada bilharziasis.

Viven en el agua, y penetran en la piel de las víctimas que entran en contacto con agua contaminada.

El parásito causa inflamación (hinchazón) y daños en órganos, especialmente el hígado.

Los gusanos adultos pueden persistir en el huésped humano durante décadas, y es posible que no cause ningún síntoma durante años.

Dejan en su huésped las heces y pasan parte de su ciclo de vida en un caracol de acogida.

Síntomas: fiebre, dolor, tos, diarrea, inflamación de las glándulas, letargo.
- Imagen: Science Photo Library

La tenia (Taenia solium

Se transmite a través de alimentos infectados, una tenia en engancha a al instestino de su víctima con los ganchos en su "cabeza", o escolex.

Maduran sobre los tres o cuatro meses, tiempo durante el cual desarrolla de los órganos reproductivos.

Una Tenia puede sobrevivir hasta 25 años dentro de un ser humano.

Sus huevos son excretados en las heces y puede sobrevivir en la vegetación, donde la consume el ganado o los cerdos, de estos se transmite a los humanos.

Síntomas: náuseas, vómitos, inflamación del intestino, diarrea, pérdida de peso, mareos, ataques, malnutrición.
- Imagen: CDC

Lombrices instestinales (Enterobius vermicularis

Las lombrices son un parásito muy común de la humanidad, causando enterobiasis.

Las hembras adultas, de 8 a 13 milímetros de longitud, tienen una especie de pincho posterior.

Las lombrices se aparean por inseminación traumática, el macho clava su pene a la hembra, más tarde muere.

Tienen su hogar en el intestino de su anfitrión, pero a diferencia de muchos parásitos no pasan a la sangre, y no pueden sobrevivir en otras partes del cuerpo durante mucho tiempo.

Ponen sus huevos fuera del cuerpo, por lo general alrededor del ano, causando prurito: esta picazón ayuda a la propagación de las larvas a través del contacto directo.

Síntomas: Irritación y arañazos.
- Imagen: Public Health Image Library

Wuchereria bancrofti

Los mosquitos llevan el parásito, lo liberan en el torrente sanguíneo del huésped humano.

Las larvas se trasladan a los nódulos linfáticos, predominantemente en las piernas y en la zona genital, y se convierte en gusano adulto en el curso de un año.

Por lo general, son responsables de la enfermedad tropical filariasis, pero en casos extremos puede provocar elefantiasis.

Síntomas: fiebre, escalofríos, infecciones de la piel, ganglios linfáticos dolorosos, piel engrosada, hinchazón.

- Imagen: Sinclair Stammers/Science Photo Library

Toxoplasma gondii

Un parásito común, con forma de media luna, que invade el sistema nervioso central.

Los seres humanos se infectan con este organismo al comer carne o por mal cuidado de gatos infectados.

La mayoría de las personas han estado expuestas a este parásito y presentan anticuerpos contra ellos, pero algunas personas padecen síntomas.

Son más susceptibles las personas con un sistema inmune comprometido, y los fetos pueden sufrir graves o mortales efectos por la infección.

Síntomas: síntomas de gripe, fiebre, escalofríos, fatiga, dolor de cabeza.
- Imagen: Hu Ke / John Murray

Giardia lamblia

Giardia lamblia es un parásito protozoario flagelado.

Vive y se reproduce en el intestino, causando una infección del intestino delgado, conocida como la giardiasis.

Cuando reside en el intestino humano, resulta en inflamación y otros daños, reduciendo la capacidad del intestino para absorber la nutrición, causando diarrea.

El parásito es muy resistente al tratamiento de agua y se sabe que existen en el agua potable.

Los síntomas: diarrea, náuseas, dolor abdominal, pérdida de peso, el característico erupto "a huevos podridos".
- Imagen: CDC / Janice Carr

Entamoeba histolytica

Este organismo unicelular causa una enfermedad llamada amebiasis.

Predominantemente infecta a humanos y otros primates.

Se puede encontrar en el agua, ambientes húmedos y en el suelo y pueden contaminar las frutas y hortalizas.

Se propaga a través de contaminación fecal.

Aparte del parásito del paludismo, causa más muertes que cualquier otro protozoo.

Síntomas: dolor abdominal, pérdida de peso, debilidad, diarrea, absceso hepático.
- Imagen: CDC / George Healy

- Publicado en NewScientist, el 14/07/09
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Publicado, bajo licencia Creative Commons, por Pedro Donaire el 7/22/2009 07:15:00 AM. Archivado en la/s categoría/s de  . Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada a través de RSS 2.0. Si quieres, puedes dejar tu comentario.

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